Loki

Cuando fui hasta un pueblo de Valencia y elegí a ese Ratonero Valenciano tranquilo entre sus hermanos más activos, nunca pensé que el nombre que le pusimos iba a quedarle que ni pintado, su nombre es Loki.
Loki cuando llegó a casa seguía siendo un cachorro como cuando lo elegí entre sus hermanos, pero al cabo de poco tiempo empezó el caos, y todo fue porque tenía unos parásitos y no podía bajar a la calle para nada, a consecuencia, no pudimos socializarlo.

Nunca pensé que un perro tan pequeño pudiera poner tu vida patas arriba.

Rematamos su problema al llevarlo al campo para socializarlo con los dos perros de mis padres, fue un grandísimo error, Loki lo pasó fatal. Desde aquel día ya no podía ver a ningún perro, se le tiraba a todo, pero no por ser agresivo, si no por terror, tenía tanto miedo que el ya de primeras se ponía así para intimidar al otro perro y que ni se acercara.

Los paseos eran un quebradero de cabeza, ansioso, tirando, ahogándose, todo le asustaba, cualquier ruido, cualquier objeto fuera de lo habitual, cualquier persona que saliera de un portal o que estuviera sentada en alguna escalera.

En casa no iba la cosa mejor, cada vez que se quedaba solo con nuestra otra perrita Khira era lo más parecido a un lobo, aullando horas y horas, destrozándolo todo, muebles, camas, toallas, papel higiénico… Tenía una ansiedad tremenda.

Cuando te has criado con perros desde que tienes consciencia, que has tratado con pastores alemanes y belgas, nunca piensas que un Ratonero Valenciano te iba a llevar a tu límite, nosotros no llegamos al límite, lo sobrepasamos, no podíamos hacer nada, no podíamos dejarlo solo porque destrozaba la casa, no podíamos irnos a una terraza a tomarnos algo porque cada vez que pasaba un perro nos la liaba, no podíamos disfrutar del campo porque no podía ver a los perros de mis padres.

Sufríamos de ver a Loki no siendo un perro normal, queríamos verlo disfrutar del paseo, del campo, que jugara con otros perros, de que se quedara en casa tranquilo, de que disfrute siendo lo que es, un perro.

Cuando sobrepasas el límite tienes dos opciones, rendirte o sobreponerte a la situación, elegimos la segunda, decidimos buscar ayuda de un profesional. Un amigo me pasó el número de un adiestrador, me dijo que con su perro había hecho maravillas, el se llamaba Eduardo, lo de se llamaba es porque desgraciadamente ya no está con nosotros.

Cuando Eduardo estaba tratando a Loki, una de las veces vino con una compañera, ella se llama Ana, pasó lo que no tenía que haber pasado, pero pasó, y dimos unas semanas de luto antes de llamarla para ver si podía seguir con el caso de Loki, ella aceptó encantada.
Y ahí es cuando conocimos a Ana y Alberto, los dos integrantes de Club Canino Binomios.
Cogieron el caso a pesar de las adversidades de perder a su amigo recientemente, de perder al que fue su maestro.

Ellos no te dicen que le dejes al perro para que lo adiestren en su club, no hacen eso, su filosofía de trabajo es atajar el problema en el ambiente donde está y va a estar el perro. Nos transmitieron sus conocimientos, nos marcaron las pautas, estuvieron ahí siempre ante cualquier duda y con muchísimo trabajo y sacrificio, empezamos a ver resultados, cada pasito que dábamos era una sonrisa.

No os vamos a mentir, fue duro, pero si de verdad quieres a tu perro y quieres ayudarle confía en ellos, de verdad.

Loki es un caso muy especial, si antes no podíamos hacer nada con él, ahora podemos hacer el 90% de las cosas, que para nosotros es suficiente, podemos disfrutar de los paseos, se acerca a oler y a juega con otros perros, podemos dejarlo solo en casa y hasta se lleva superbién con los perros del campo de mis padres.
Ahora sí, ahora si que vemos a Loki disfrutar, pasárselo bien, ahora sí que es un perro feliz.

Dar las gracias a Eduardo, por esas 3 sesiones donde aprendimos muchísimo y nos bastó para saber que era una bellísima persona, y dar las gracias a Ana y Alberto de Club Canino Binomios, que sin ellos no hubiera sido posible.
Deciros que seguimos en contacto con ellos, porque además de adiestradores, son unas magníficas personas.
Si queréis ayudar a vuestro compañero, confiad en ellos, no os arrepentiréis y si trabajáis duro con las pautas que os dan, veréis los resultados, asegurado.